viernes, 18 de julio de 2008

EZRA POUND



Quien se acerque por primera vez a la obra de Ezra Pound tiene la sensación de estar ante un marasmo de erudición mal asimilada. De extraña personalidad, brillante incluso en sus equivocaciones, quizá realice en la poesía contemporánea lo que Joyce en la novela, la fusión entre lo libresco arcaico, lo vitalista y lo absurdo. Su tarea era en sí explosiva y descomunal, como si fuera una escritura del paraíso, mezcla la poesía arcaica y la novísima, la hermética y la coloquial. Para muchos, entre los que me encuentro, su aportación es en extremo contradictoria, especialemte en sus discípulos, que tomaron de sus teorías literarias su faceta mas superficial y recetaria. El aspecto revolucionario de su poesía se asienta fundamentalmente en su actitud antirretórica, opone por primera vez y magistralmente la poesía como discurso y la poesía como canto, pero esa oposición, y éste es su gran logro, no es percibida por el lector como contraria sino como un elemento de reflexión, el carácter y el temple de su escritura abren paso a un variedad de recursos extraordinarios en el lenguaje poético.
Bajo el aparente caos de Los Cantos y sus inflexiones apoéticas, en sus mejores momentos, tenemos a un autor que controla todo ese flujo y nos conduce con suma maestría a la emoción, es la disposición de su discurso de una eficacia nunca vista hasta entonces, realiza una revolución controlada en las que ayuda e influye muy directa y artesanalmente a amigos y contemporáneos. Con palabras de Octavio Paz acompaño mi reticencias para con esta obra de veras singular en sus mejores aciertos, El pensamiento de Pound, su crítica literaria y política, está hecho como su poesía de claridad y confusión, alta belleza y chabacanería incoherente. Galimatías y esplendor. Crítico lúcido de la obra ajena y ciego ante la suya. Ezra Pound murió a los 87 años en Venecia silenciosamente, estas son sus fechas; (1885-1972).

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