viernes, 13 de marzo de 2009

MISERICORDIA, DE PEREZ GALDOS


De la mano de sus admirados maestros Cervantes, Dickens o Balzac, Galdós emprenderá la culminación de la novela española, sin igual en literatura alguna. Por la integridad y fuerza de su voz, por la visión certera y edificante de la historia y la sociedad, su vasta e impresionante obra está entre las mas grandes de la literatura de todos los tiempos. Galdós fue esencialmente un moralista, nos revela siempre la palabra potencial que cuenta historias y nos reconcilia de los desvíos operados por toda ficción. En su dominio extraordinario del retrato psicológico y social, en sus tramas construidas siempre con vínculos fuertes, esto es, todos los movimientos narrativos animan al lector a continuar, en sus imágenes poderosas y ajustadas con enorme fuerza social y humana, trasmite la honesta ideología de su voz. Su aventura vital fue la entrega a los perfiles de sus personajes, esa entrega que le acerca como ninguno a Cervantes. Universalidad y popularidad confluyen con muy altos valores en su vida y obra, su estilo es sobrio y objetivo, su técnica es siempre dramática. Considero Misericordia una de sus mejores obras, en esta novela está el mejor resumen y una de las claves fundamentales de toda su trayectoria; la envergadura de su visión es tal, la altura del plano realista de la historia, que a veces impide el desenlace, el lector no pide, ni se prepara, para un cierre narrativo.

3 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Yo me acerqué a Galdós con "Miau", a los catorce años y luego con "Fortunata y Jacinta", para mí increíble, como un chapuzón en una historia de la que no quería salir. Recuerdo como, un par de años después, otros autores a los que iba descubriendo y admirando menospreciaban a Galdós y yo me indignaba. Ah, si hubiesen tenido un blog..;-)
Me encanta esta entrada, es cierto lo de los retratos psicológicos y sociales. Fue uno de los grandísimos y uno de los que hicieron de mí una lectora.
Saludos, Luis, da gusto venir.

José Luis Garrido Peña dijo...

Olga, gracias por tu comentario, creo que algo he escrito sobre el asunto. En efecto, ya en su día no fue bien valorado y apreciado en Europa. Fue a partir de mediados del siglo XX cuando se comenzó en Francia y otros países una cierta reivindicación. Los alemanes lo apreciaron, al igual que hicieron con muchos de nuestros clásicos. Alemania siempre ha tenido a nuestros autores en lo mas alto. Hegel, Goethe, etc, siempre mostraron su admiración. En España también pasó y pasa.

Un beso.

Marisa Peña dijo...

Luis yo siempre leo algo de Galdós con mis alumnos. Marianela les encanta. Creo que su retrato de aquella España y de los tipos humanos, y su enorme hondura son imprescindibles para la "educación sentimental" de nuestros futuros lectores. Gracias por traerlo en estos tiempos donde se desprecia la literatura con aspectos sociales y técnica sobria. un abrazo