martes, 7 de abril de 2009

LA LUZ DESNUDA

Cristo de la Expiración. Hernandad del Museo.
Pasión en Sevilla

LA LUZ DESNUDA


Tu soledad Señor, la llamarada,
que abrasa y funde, cauteriza y hiere
esta voz interior que en mí se adhiere
al barro nuevo del que fui formada.

¿Por qué luz interior? ¿Por qué llamada
la voz que me desvela nace y muere?
¿Por qué sueño ancestral la voz prefiere
seguir su propia senda despojada?

Todo en tu Luz se prende renaciendo
del íntimo dolor desamparado
que aventa la ceniza de la duda…

Todo se reconstruye devolviendo
Al mismo barro del que me has forjado
La misma luz que me envolvió desnuda.





CIRIO


Sentir como la cera derramada
es lágrima silente desprendida.
tu paso es una aurora presentida
que se prende a la noche desvelada.

Sentir tu Cruz de rama alanceada,
alto y duro soporte de esa herida
abriéndose al Amor ¡Qué desvalida
Tu Figura de luz crucificada!

Ceñirme a tu Pasión. Acompañarte.
ser la gota pisada, estremecido
dolor tras tu silencio. Compañía
para tu noche triste…Y sólo amarte.
Humildemente amarte y, encendido,
fundir mi corazón con tu agonía.




En la raíz de la elegía se despliega lo encontrado, lo que me digo, lo que ya he dejado de escuchar. Hay palabras que llenan lo que nombran, otras lo vacían y lo vuelven extraño, como toda verdadera pasión; para dar la luz desde la sombra. Así lo quiere también mi amiga Efi Cubero en estos poemas, extremeña y sevillana exiliada de su luz.





4 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Ay, Efi, que maravilla. La última estrofa de "Cirio" es Pasión y luz.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias Olga, en efecto, logrados en tema tan difícil como este.

Un beso.

Juan Manuel Macías dijo...

Aún no había podido leer esta entrada. Como dice Olga, qué maravilla. Mal que les pese a algunas voces escrupulosas y arredradas, el soneto, el buen soneto que respira y siente, es inmortal. Y éstos son valientes y bellos y libres. Como dijo G. Diego: "Arde, soneto mío, altiva llama..."

Un abrazo, Luis, y enhorabuena, una vez más, a Efi.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias Juan Manuel, la vocación para llevarnos y ser leídos desde donde necesitamos y queremos.

Un fuerte abrazo.