sábado, 23 de mayo de 2009

UNGARETTI AL ATARDECER


Releo a Ungaretti y recuerdo las palabras de O. Elitis; “y estoy seguro que las generaciones venideras le estarán agradecidas por haber resistido a la moda del estilo prosaico, por no haber recopilado los motivos ornamentales de la civilización mecánica contemporánea y por haber permanecido fiel al lirismo y haber expresado el espíritu de su tiempo con la escritura eterna del hombre, los árboles, las nubes, las estrellas, como ya lo habían hecho en su época Arquíloco y Safo”.Allí donde se interrumpe el canto por un viejo remordimiento, en la idealidad de sus formas antes de que abran las heridas en la inocencia y la naturaleza, está la obra de Ungaretti. Sin abuso en la declaración, su destino va hacia los yacimientos de la luz, dominio de la memoria como un bien trascendente. En su lugar propio, en su empeño por descifrar la luz tardía, alza la noción del lugar, sin oleaje de palabras, con ese entretanto donde cae la noche como en Orfeo

8 comentarios:

Marisa Peña dijo...

A veces uno , desde el profundo amor por la poesía, quisiera tener ese don, esa luz, ese eco profundo, esa emoción primigenia, que al hacerse palabra, en su misterio, emociona a cuantos se acercan y la leen.es difícil aceptar que la palabra tiene vida propia y no siempre se deja domar...
Un afectuoso abrazo y gracias por tanto como me has enseñado desde que descubrí tus palabras, siempre serenas y lúcidas.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias a ti, querida Marisa, por tu generosa e inteligente lectura y comentario en este blog. Lo dices muy bien, nuestro debe es creer y confiar.

Un beso

Olga Bernad dijo...

Yo creo que la poesía no se deja engañar ni utilizar demasiado, es así de simple, de duro, de justo. Los hombres, sí, con ellos se puede fingir y no pasa nada; pero las palabras, al final, caen en una especie de caldo oscuro que es el olvido al que Safo condenó a aquella poeta cuyas prácticas insultaban a la poesía. Ella nos da esa bofetada de belleza y verdad que nos educa: ahí está Safo, veintisiete siglos después, ahí Arquíloco... (maravilloso el enlace;-))) Ahí nos sitúas a otro autor que no conozco y que intentaré descubrir.
Saludos, Luis, buen fin de semana.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, querida Olga, tú lo expresas muy bien, es fundamental la amplitud de la visión, los trabajos vocativos, como diría Juan Ramón Jiménez. Buen fin de semana para ti también.

Un beso

Ana Fernández dijo...

Magnífico, Luis, lo escribes con concisión y belleza, las claves breves de este apreciado y gran autor. Me gusta mucho leer todo cuanto escribes.

Un cordial saludo

Antonio Quesada dijo...

Luis, conociendo tu personalidad, poco amigo de actos públicos y de publicar, algo te he leido en presna, pues tu buen hacer merece mayor difusión.. Tus textos me recuerdan la gran tradcición ensaysitica de Octavio Paz y las breves muestras de tu poesía son de una gran calidad, escuchar tus historias merece la pena.

Un abrazo

José Luis Garrido Peña dijo...

Muchas gracias, Ana, inmerecido, llevar solo pasión a lo que intentas expresar.

Un saludo

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, Antonio, demasiado alto me pones, Octavio Paz es sin duda un gran maestro, cada uno tiene su personalidad, la verdad es que no soy muy amigo de algunos tipos de actos, sé que este juega mucho en contra. Siempre prefiero el paseo y la conversación fraternal con los amigos.

Un abrazo agradecido