sábado, 6 de junio de 2009

LA NOVELA DEL OESTE

Bret Harte


Cuando el escritor norteamericano Bret Harte, hacia 1870, terminó de escribir su novela The Luck of Roaring Camp (La suerte del campamento Roaring), posiblemente estuviera comenzando la novela del género del oeste y con ella todo el Far West, bajo la influencia de su maestro Washington Irving , que le aportó numerosos relatos del mundo marginal andaluz, moviéndose entre la novela romántica, el realismo costumbrista y la crónica periodística. Es de resaltar los perfiles elementales que Harte desarrolla pero que cimientan, y así hay que valorarlo, todo lo que vino después. Sin ser un escritor que profundice en las distancias, todavía tiene cierto poder de encantamiento y fascinación naturales en la presentación de los personajes que el público de folletín estimaba y reclamaba. Esto lo padecieron después los cineastas europeos, especialmente los expresionistas alemanes, al llegar a Estados Unidos, fuertemente enlazados a los arquetipos de construcción de la nación. Después vendrían autores de más peso y que nuestros abuelos y padres leyeron en esas colecciones de bolsillo como Zane Grey o Jack Shafer. Quizás Sadher introduzca una novela popular de más calidad que Grey, Shafer firma los lugares, con Faulkner haría después, se refugia en la presencia cerrada del imaginario fundacional de los Estados Unidos con un realismo muy honesto y valioso, dándole a sus protagonistas mayor hondura y esquemas más dramatizados. También Wil Cood es notable en su aportación, aunque éste malogrado tempranamente.
Cuando Otto Preminger visitó Sevilla con motivo de su primer Festival de cine, manifestó el gran estancamiento que había encontrado en los guionistas y relatos de la industria, basados en la Biblia y Shakespeare, y aun reconociendo el gran valor de éstas obras, les faltaba la relación con otros grandes clásicos europeos y americanos, inclusive, bajo la influencia de Harte, él mismo y otros directores provenientes de Europa, como Friz lang, tenían que corregir el excesivo desarrollo monótono y plano en la construcción de los diálogos de muchos películas, la falta de una arquitectura narrativa que ramificara las obras, alejándolas del argumento único. Una anécdota que reveló y se recoge en algunos textos posteriores, es el asesoramiento que en los primeros westerm tenían, tanto directores de fotografía como guionistas, de primera mano por los supervivientes de aquella época, fue el caso del suceso del Ok corral y de los hermanos Clanton, de John Ford en Pasión de los fuertes, que contó con la ayuda del protagonista que aun vivía, el famoso Cheriff Wyatt Earp, éste les explicó la forma de manejar las armas de fuego. Estos primeros novelistas del género , grandes artesanos todos, siguen estando todavía sin la adecuada valoración, bien merecerían mayor estudio.Hace unos años escribí unas breves palabras para un catálogo de unos cursos sobre la mitología delíctiva andaluza y su influencia en América, siendo la tradición andaluza más oral.

Cadavéres expuestos del Pernales y el Niño del Arahal. 1907

DOS BALAZOS PARA EL PERNALES


En una calurosa tarde de agosto de 1907, en un pueblo de Albacete, hay dos revólveres Smith & Wesson sobre la mesa de la casa de Juan Rodríguez, eran las armas que portaban los cadáveres pertenecientes a Francisco Ruiz Alonso (El pernales) y Antonio Jiménez Rodríguez (El niño del Arahal), estos dos sevillanos, considerados los últimos bandoleros andaluces, fueron abatidos por la Guardia Civil y expuestos al público. El Pernales tiene dos disparos en la ingle, el niño del Arahal uno en la cabeza. La historia del bandolerismo andaluz ha sido fuente inagotable de manipulación, de hecho, el último bandolero fue detenido en el barrio de la Macarena a principios de los años sesenta, la mitología delictiva andaluza, como tantas cosas, cruzo el charco y apareció por el Fart West;( A.Mann, H. Hattawey).Muchos años mas tarde, Sergio Leone y Clint Easwood (tengo que volver por Andalucía, mi deuda es grande, declaró no hace mucho) en sus largas charlas por el desierto de Tabernas recogerían también los ricos relatos orales del bandolerismo andaluz.

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