Cae la luz
sobre la vieja noche del patio,
regresas
con el sueño,
con el silencio y la arena.
Nadie
se vuelve a la voz del mar,
a las huellas de una ofrenda.
Cada música
se llena de sal y noche
en las afueras, en su recogimiento.
Cada canción
late su tiempo,
sus golpes de corazón,
su instante cumplido.
1998
sobre la vieja noche del patio,
regresas
con el sueño,
con el silencio y la arena.
Nadie
se vuelve a la voz del mar,
a las huellas de una ofrenda.
Cada música
se llena de sal y noche
en las afueras, en su recogimiento.
Cada canción
late su tiempo,
sus golpes de corazón,
su instante cumplido.
1998
8 comentarios:
Qué bien reflejas el instante cumplido de la poesía, ese tiempo que es solo y está solamente en ella. Y fuera de él no hay más que literatura.
Precioso tu poema amigo.
Esencial.
Un abrazo
Muchas gracias, Jesús, por tus palabras.
Un abrazo
Querido Luis, no quiero ser repetitiva pero me gusta de verdad perderme en tu poesía, sentir la luz, el tiempo, las coordenadas de lo que fue, lo que es, lo que aún no ha sido.Te mando un beso enorme y mi más sincero agradecimiento por estar ahí.
Muchas gracias, Marisa, por tu lectura y palabras. Lo dices muy bien, lo que aun no es. Fundamental, configura poéticamente el mundo.
Un beso.
Me ha encantado tu poema, que fusión que envuelve de lucidez y claridad.
Un saludo
Muchas gracias, Ana, por tu lectura y comentario
Mágico y esencial. Un baluearte del género poético, tan trivializado hoy en día. Una suerte tener sitios como este trocado en remanso virtual para el espíritu.
Muchas gracias, Ovalis, muy bienvenida a este espacio, será muy interesante seguir contando con tu lectura y palabras.
Un cordial saludo
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