sábado, 24 de octubre de 2009

BAJO LA LUZ DE H. FREINET




la hondura de tu escucha

es el silencio del hombre,



abre y vive la promesa,

siempre la deriva;

dar a luz sombra de sí,

morada del vacío, claridad de la tiniebla,

caer

en lo humano,

en la marca del tiempo.



Detrás de cada huella

ni principio ni comienzo,

agregamos nuestra sed

al amor perdido pero no abandonado.



También tu escucha

es el temblor de la noche,

la quebrada intensidad

donde lo abierto se retiene,



inicio,

umbral del encuentro.

6 comentarios:

Marisa Peña dijo...

El tiempo inabarcable, se abarca en la palabra, en la poesía, en el afecto, en la entrega. Calmamos nuestra sed en la palabra, palabra amiga, palabra buscada, palabra reencontrada y compartida.
Hermoso poema, querido Luis, te leo en mi silencio.

Ana María Espinosa dijo...

Me parece un poema estupendo José Luis. Un saludo.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, Marisa, por tus palabras. La escritura como espacio de revelación y de origen, con la tensión de lo presente y ausente.

Un beso

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, Ana Maria, es un tanteo en las sombras, como la plenitud y pulso de la propia vida, aspecto arriesgado, pero al que le tenemos que deber una intensa fidelidad.

Un beso

Violette dijo...

Hermosos versos que destilan complicidad y lirismo. No se imponen ni huyen de los temas comprometidos: la difícil tarea de la escucha, el encuentro. Un intento logrado de enseñanza.

Un abrazo

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, Ovalis, sin duda es uno de los grandes caminos de la expresión poética, como el canto de umbral o frontera de Celan.

Un beso