El silencio es el habla del canto, Holderlin y Adorno, por distintos caminos, nos dejaron luminosos trabajos sobre este misterio, también Georg Trakl, quien ya no soporta el poco sentido que permanece en las palabras; destrucción del lugar y del lenguaje. Atento a su propia explicación, hará finalmente de la reserva su morada. Sobre el ejemplo de su obra escribí este breve texto.
Expiras
bajo un cielo impasible,
horizonte de consumación que ha de venir.
Ayer,
contigo,
el silencio interrogaba tu palabra.
En la hora que cierras el libro
de huellas y heridas,
de innumerables vocablos
condenados sin lugar,
de ese dolor
del mundo de la gracia,
ya fuera del canto,
viento en el viento.
En las pasiones del testigo
nada poseemos sobre la tierra,
en los libros del testigo
nos queda la desnudez
Expiras
bajo un cielo impasible,
horizonte de consumación que ha de venir.
Ayer,
contigo,
el silencio interrogaba tu palabra.
En la hora que cierras el libro
de huellas y heridas,
de innumerables vocablos
condenados sin lugar,
de ese dolor
del mundo de la gracia,
ya fuera del canto,
viento en el viento.
En las pasiones del testigo
nada poseemos sobre la tierra,
en los libros del testigo
nos queda la desnudez
2 comentarios:
"Nada poseemos sobre la tierra(...)
nos queda la desnudez"
En estos dos versos se asienta tanta verdad y tanta certeza...
Nos queda la desnudez, y no es poco, en estos tiempos de discursos huecos y palabras llenas de ceniza.
Un beso muy grande mi querido Luis.
Gracias, querida Marisa, por tu atención y lectura.
Un beso
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