sábado, 26 de junio de 2010

ULTIMA TARDE EN VILLA LUZ




Del mar, ¿no lo recuerdas?,
nos viene a veces ese terror de vivir.

Saint-John Perse


Por la ventana la costa se oscurece, sus espejos ya no te reflejan. Con un terror silencioso, las máscaras y los signos de la noche son huecos en la arena de la infancia. Las olas y los años te hunden y te borran en un absurdo destino, en la visita de memoria y muertos. Palabras que el tiempo entrega derrotadas a una pasión solitaria.


Agosto, 2001

6 comentarios:

Marisa Peña dijo...

Me gusta mucho esa "arena de la infancia·...Yo soy de las que cree que sin recuerdos no eres nada, un mero saco de huesos solitarios, pero eso tú ya lo sabes.
Un beso muy fuerte

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias Marisa, por tus palabras, ya sabes aquello de arte de la memoria.

Un beso

Olga Bernad dijo...

Quizá es uno de los textos más bellos que has colgado. No se trata sólo de lo que "cuentas", por muy meritorio que pueda ser, sino de cómo lo haces.
Y no sé cómo lo haces, pero lo haces muy bien.
Enhorabuena.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, querida Olga, por tus comentarios que sabes que aprecio mucho. Lo importante es crear esa "segunda naturaleza" que nos permita aproximarnos a lo que queremos expresar más allá -pero siempre sabiendo de donde venimos, llámese historia, tradición- de los géneros.

Un beso

Juan Manuel Macías dijo...

Como dice Olga, creo que es de lo mejor que te he leído en esta bitácora. Bellísimo poema, Luis.

Un abrazo fuerte.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, querido Juan Manuel, que también sabes navegar con tus palabras por esas pasiones que compartimos.

Un fuerte abrazo