Del viejo acompañamiento de la lectura de Somerset Maugham recordamos la relojería de su narrativa, la exposición en bloque de todo el relato y la continuidad de sus personajes, sin ingenuidades exaltadas y larguísimas. Para él eso era la ficción; una forma de expresar todo aquello que conocía, algo hoy tan olvidado.En el fondo, Maugham siempre se pliega a los planteamientos abstractos, esas sus virtudes y de considerable importancia, hace pensar al lector y escritor en nuevos posicionamientos, deja construir la trama, que es toda la energía.
2 comentarios:
Pincel preciso, afortunadamente, a qué cansar tanto.
Saludos Luis.
Enrique, gracias y saludos.
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