domingo, 27 de mayo de 2012

LOS FRAGMENTOS DE LA EXTRAÑA



Viene una extraña contigo en la última tarde, inadvertida. Es la hora que has olvidado, la joven tarde luminosa. El rito y la espera parecen perdidos. No es para ti ahora el tiempo demorado, los seres y cosas que invitan silenciosamente a su atención, a su raíz de vida o sueño. No es para ti que partes pronto acercándote a los gestos finales y del frío. Ignoras que dejas tu ausencia viva, que te llamará con oscuros signos desde un paisaje donde soñaste la luz y las aguas. Cansado, abandonaste la demora interminable de la lejanía, no sientes la distancia de un horizonte que te adentra en su resplandor, extrañeza y misterio. Así lo habré de recordar cuando entre en la ausencia, la extraña, silenciosa y oculta que me acompaña en la última tarde, así lo he recordado. No vivía entonces en esa tarde, tampoco cuando los lugares queden cerrados y solitarios, entre las sombras querré que retorne nuestra memoria de signos. La ausencia es la sombra de una presencia de que vuela hacia lo oscuro. Todo estará en ella cuando hayas marchado con un fuego intimo y desconocido, acercándote a ti cuando mires por última vez las aguas, sintiéndola cuando a ella acudas, como resto o fragmento de una identidad. Te dejará su voz y tu vida cuando la llames. No hay palabras antes que ella exista. Será tu voz entonces contra la pérdida.

Viernes, 2 de febrero de 2001
19:50 h.

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