Mira ahora las
luces del poniente, la tiniebla calurosa en la casa del horizonte, mira los
cuerpos oscuros que traen la quemada luz, un secreto para el corazón de la
noche. Una joven de veinte años está sentada en un bar, pensativa y dichosa,
busca la raíz de aquella plenitud. Mira las aguas en la lejanía olvidando el
tiempo, creando la forma de su deseo. Mira bien ahora tantos lugares y
fantasmas.
Sábado, 10 de julio de 1999
16:31 h.
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