Dejarse en la luz de una tarde de
alto verano, como el viento..Templanza o intensidad de sueños encarnados. El
caminante solitario viene de la amplia avenida marina, de recoger los signos de
su presencia. Ahora acaricia el viejo vino de los náufragos sobre una barra
frente al mar. A través de la ventana, la plenitud del comienzo, todo espera de
sus labios el nombre, o el gesto de la transparencia.
Viernes, 9 de marzo de 2001
17:14
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