Cae la respiración del mar. Alguien, en un viejo tramo de luz, apaga las brasas en la bodega. Yo, en un abismo de calles, oigo su corazón. Un desconocido traspasa la pasión de la música, la sal bajo unos párpados, un rumor lejano ha de ser su última luz. Te has ido, incomprensible, y abres los espejos del mar. Es verano, solo el silencio pesa bajo la morera.
Julio, 2011
1 comentario:
Bella evocación en los lugares de la luz y de las raices.
Felicidades
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