miércoles, 13 de mayo de 2015

DE LOS CAMPOS Y GRADAS DEL ARTE




Desde los orígenes pioneros, el sevillista ha hablado siempre fundamentalmente de fútbol. Esto determinará a través del tiempo un alto conocimiento de este  deporte.

Por su raíz más sevillana ha sido también más atacado desde fuera y dentro de la ciudad. Es lo genuino y esencial sevillano que al no ser apresado por el foráneo, al no mostrar la absorción cultural colorista sevillana es combatido. En otras entidades de bajo nivel futbolistico y amplio engarce en lo folclórico y el engaño, sin asidero técnico-deportivo, en un constante viaje a la desaparición, esa misma reafirmacion identitaria los alejan de lo deportivo.

El juego alegre y el pase corto, ese termino tan viejo y familiar, nunca se perdió ni en los peores momentos en la escuela sevillista. Cansado un poco de operaciones pequeñas y localistas y de envidias y complejos vecinales. la memoria sostenida por los viejos sevillistas dio sus frutos.

La modernidad en su mejor acepción siempre estuvo muy presente en el mundo blanquirrojo, lo grotesco y parodico siempre fue muy rechazo por la fuerte personalidad sevillista.

Todas las grandes identidades escapan a la construcción literaria. Pues esta solo se necesita donde hay propaganda y mentira. Conforman la ignorancia de lo técnico.deportivo.

La falta de una autoconciencia estilística, propia en los comienzos, después la falta de un protagonismo, derivaron en tiempos de olvido y silencio, de falsa identidad. La vecindad de sectores bajos en lo futbolístico reafirmaron el ruido y la confusión

La recreación solo fue posible en una vuelta a sus orígenes, no a la mal llamada escuela sevillana, sino la escuela sevillista.

Como las identidades verdaderas y los proyectos mantenidos, existe una culminación futbolística solo realmente para los que la han buscado y merecido.



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