martes, 20 de octubre de 2015

LOS ÚLTIMOS VECINOS



Ayer a primera hora y de forma inesperada tras varios aplazamientos, desalojaron de su casa en la calle Macasta a Valentín, un anciano de ochenta años, enfermo y sin recursos. Valentín sobrevivia con un contrato de alquiler en una finca ruinosa, inhabitable debido al abandono y engaño del propietario, un caso más después de la peste especulativa que se sigue produciendo para incredulidad de muchos. Podríamos decir que Valentín es quizás un olvido de la ciudad olvidada. Como viene siendo costumbre, nada.han dicho sobre el tema esos modernos de pluma popular, ni ningún Párroco o Cofradía de la caterva reaccionaria, ni esperen tampoco nada esencial y nuevo por parte de la autoridad urbanística para sancionar al tal sujeto especulador, algún día pondremos en el gran cuadro maldito de la destrucción (y en lugar preferente si no el primero) a la gerencia de urbanismo del ilustrísimo. Por el laberinto de esta vieja arteria libertaria ya no se recuerda a los vecinos combativos, ni la guerra y la posguerra, tan solo la mentira de una ciudad alternativa y posmoderna. Valentin, otra víctima más de la plusvalía y especulación del suelo en una ciudad triste, muy triste y despiadada con sus vecinos más verdaderos. Nosotros somos testigo y memoria. Aquí  más información.

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